CONTINÚO
CAYENDO
En
el canto de la soledad tiemblan los pétalos
de la flor aquella que me dieran tus manos
cuando era tiempo de aprender a nombrarte
en los rincones del sueño que me ayudabas
a construir suave
despaciosamente
apartando las telarañas de los desencuentros
del día
los cortinados del anochecer
el chocar de suspiros contra el jadeo del
pecho
a punto de estallar.
El
canto de la soledad penetrándome
en este largo espacio desde mis párpados
cerrados
hasta el lago de tus ojos
donde siempre he caído
y continúo cayendo
interminablemente.