QUE
RESPIRES TODAVÍA
No
es para mí el pulso apaciguado
Debajo de la hierba
se sacian los leopardos de palabras hirientes
Cuando yo era pequeña jugaba con sus crías
Nos olíamos
con lujuria y torpeza Malparados
Había que atreverse
ni belleza
ni alivio
¿Querías un misterio?
Todavía consigo ajustar mi cabeza entre sus
fauces
y cantar sin sentido
No me duele
Dura
como las piedras
sólo lo que me fue robado
Si hace frío
hinco el diente en mi seda
y ruego