Inés Manzano


QUE RESPIRES TODAVÍA

 

No es para mí el pulso apaciguado

 Debajo de la hierba

 se sacian los leopardos de palabras hirientes

 Cuando yo era pequeña jugaba con sus crías

 Nos olíamos

 con lujuria y torpeza Malparados

 Había que atreverse

 ni belleza

 ni alivio

 ¿Querías un misterio?

 Todavía consigo ajustar mi cabeza entre sus fauces

 y cantar sin sentido

 No me duele

 Dura

 como las piedras

 sólo lo que me fue robado

 Si hace frío

 hinco el diente en mi seda

 y ruego